Los retos de la Confederación Hidrográfica del Segura

La Confederación Hidrográfica del Segura fue la segunda que se creó en España después de la del Ebro. Situada en el sureste de la Península Ibérica, abarca una superficie de 20.000 kilómetros cuadrados y abastece a una población de 2 millones de habitantes repartidos entre las Comunidades Autónomas de Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia.

Precisamente en el centro de la capital murciana se encuentra la sede de la Confederación, donde los Líderes fueron recibidos para conocer más sobre su funcionamiento y los retos que afronta.
Mario Andrés Urrea comenzó explicando que, pese a tratarse de una cuenca hidrográfica pequeña, su gestión es una de las más complicadas. Esta complicación no es sólo a nivel político o administrativo, por el solapamiento de competencias estatales y regionales, sino por la creciente escasez del agua. La del Segura es la cuenca con menor pluviometría de todas las cuencas continentales de Europa. “Tenemos menos recursos que la demanda atendida. Estamos extrayendo más agua subterránea que la que deberíamos. Ese es uno de los grandes problemas que tendremos que resolver”.

Otra de las características de la Cuenca Hidrográfica del Segura es el gran porcentaje de su caudal que se dedica a usos agrícolas, que alcanza el 80% y que ya no puede crecer más. “En esta cuenca el regadío está cerrado”, indicó Mario Andrés Urrea. “La demanda ha ido bajando por la mejora de las tecnologías, pero está bloqueada. Ahora lo que estamos haciendo es tratar de que sea compatible con el buen estado de las masas de agua”.

En este sentido la planificación de la CHS tiene un objetivo primordial: alcanzar el buen estado de todas las masas de agua. “Cada tramo de río se analiza, evalúa y califica. Si está en buen estado hay que evitar su deterioro, y si no está en buen estado hay todo un programa de medidas para resolverlo. El buen estado puede ser cuantitativo, en el caso de las masas de agua subterránea, o químico/biológico para las masas superficiales”.

El funcionamiento de la cuenca del Segura no se puede entender sin uno de sus elementos más importantes, y también polémicos: el trasvase Tajo-Segura, que realiza una aportación de agua desde la cuenca del Tajo que ha resultado fundamental para el sector agrario.

Los Líderes se interesaron también por la creciente importancia del agua producida por las desaladoras que supone, según el presidente de la CHS, “prácticamente un 40% del abastecimiento urbano” y tiene un gran potencial de crecimiento.

Durante la reunión Ivone Montoya señaló como ejes centrales de la gestión del agua la participación activa de los agentes, la búsqueda de la sostenibilidad, la centralización del control y la estandarización del proceso, a lo que Mario Andrés Urrea añadió la importancia del marco regulatorio. “Aquí tenemos una ley y unos reglamentos. Si no tienes un buen marco regulatorio el funcionamiento es imposible”.

La importancia a la hora de legislar, señaló, está en la flexibilidad. “Hay que hacerlo bien desde el principio, que tenga suficiente flexibilidad para ir incorporando los desajustes que se vayan viendo. La ley se ha modificado varias veces, como en 1995, para incluir la sequía, que no se podía gestionar tal y como estaba la ley”. Más adelante “se introdujeron los procedimientos de participación público-privada, se crearon las sociedades estatales para hacer toda la obra que había que hacer…”

En lo que respecta a los retos actuales Francisco Javier García, Comisario de Aguas de la Confederación, destacó la regeneración y el control de los acuíferos. En cuanto al primero, indicó que se trata de “un recurso del que tenemos que aprovechar hasta la última gota. Estamos desarrollando una norma europea que acaba de entrar”, indicó, añadiendo que las confederaciones que más reutilizan las aguas residuales en España “somos nosotros y el Júcar, que somos los que tenemos menos agua y más cultivos”. Así, en la Cuenca del Segura casi la totalidad del agua urbana regenerada se dedica a usos agrícolas, “algo que en las cuencas del norte no se hace”.

Para esto, señaló Mario Andrés Urrea, “lo importante es centralizar”, creando un ente que se encargue del funcionamiento de las depuradoras, cobrando un canon. En el caso de Murcia se trata de ESAMUR, que gestiona 60 depuradoras en los 45 municipios de la comunidad.

Esta entidad debe adaptarse a los últimos reglamentos de la Unión Europea, que han endurecido las condiciones para el tratamiento del agua depurada. Y obliga a tratamientos adicionales. “Se habla incluso de ciclo cuaternario: contaminantes emergentes, antibióticos… eso va a obligar a ESAMUR a hacer una inversión importante. Sobre todo si es agua para agricultura”.

La clave de todo, según señaló Job Zamora, es la capacidad de trasladar el aumento de coste a los usuarios, sensibilizando a la población sobre su necesidad. “Ahí está la clave de todo”, indicó el presidente de la CHS. “Al final, si no se cobra y no se equilibra presupuestariamente es un fracaso”. Es más complicado, admitió, en países como Perú, donde en principio hay abundancia de agua. “Aquí la gente no se lo cuestiona, porque saben que es así o no es. Somos la región con el agua potable más cara de España, y la gente lo sabe”.

Los Líderes también comentaron la ventaja de la colaboración público-privada en la gestión del agua. Por ejemplo, en el caso de las desaladoras. “Se busca la colaboración de las empresas privadas, mediante concesión, para construir y explotar la planta durante 15 años. Se hace un concurso, vienen las compañías, ofertan y se adjudica. Y el Estado se despreocupa del día a día de esa instalación, porque la gestión es muy complicada”.

Participantes en la reunión:

-    Mario Andrés Urrea, Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura
-    Francisco Javier García, Comisario de Aguas de la CHS
-    Jesús García, Jefe de la Oficina de Planificación hidrológica
-    Carlos Marco García, Director Técnico de la Unidad Responsable del proyecto, construcción y explotación de Infraestructuras Hidráulicas

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